Esta performance la realizo en colaboración con el videoartista Juan Crego. Mientras estoy bordando un botón de hilo, sentada en una silla, en una pantalla situada detrás de mí se proyecta en directo un primer plano de los movimientos de mis manos y los grafismos que dibuja el hilo en el aire. A mi lado un metrónomo marca cada segundo, ritmo acompasado con los latidos del corazón. El espacio es oscuro, sólo yo estoy iluminada. Voy vestida de negro para que la cara, las manos y el hilo blanco destaquen.
La pieza es un homenaje a los bordados tradicionales que aún se conservan en los trajes regionales que con tanto cariño y mimo se realizan. En concreto utilizo una técnica inspirada en lo que aprendí en Puebla de Sanabria (Zamora), donde residí durante el curso académico 2004-2005. Encontré que prácticamente todo el pueblo estaba implicado en alguna actividad relacionada con lo que se ha llamado folklore, recuperando saberes tradicionales a través de las fiestas, la música, la realización del traje regional, la gastronomía, etc.
La performance ha ido transformándose en cada ocasión que se ha realizado. Los espacios, el tiempo, los eventos que acompaña, marcan su desarrollo. En la tercera versión introduje mi voz recitando un poema compuesto por palabras que hacen referencia a los movimientos que voy realizando: girar, envolver, unir, construir, crear.
Doy importancia a lo ritual escondido en las minusvaloradas actividades ancestrales que solían realizar las mujeres. Quiero poner en valor una labor personal, del ámbito privado, convirtiéndola en un evento público.